Una nueva variante «El Ajedrez 123»

Le proponemos hoy una nueva variante: El Ajedrez 123
A seguir le exponemos una breve presentación del autor y los reglamento por este realizado en un documento Pdf disponible para que lo puedas consultar y descargar.

Mi nombre es Ilay Gruszniewski. y soy de familia argentina. Tengo 24 años en este momento y estoy a punto de recibirme de geógrafo y musicólogo.
Siempre me interesó el ajedrez, pero me frustró el hecho que prácticamente toda combinación ya haya sido jugada con anterioridad y ya fue estudiada en detalle. Eso convierte al juego, en mi opinión, más en un torneo de memorización, que en una forma creativa de desarrollar alternativas.
Siguiendo la historia de las variantes del ajedrez, vi que muchos grandes jugadores habían propuesto reglas y/o piezas novedosas, además del hecho que varias alternativas valiosas, fueron dejadas de lado por la historia.
Así que me pareció que se las podía integrar, en un marco nuevo y coherente.
Mi variante es deudora (y así lo cito), del ajedrez chino y del persa. He tomado ideas del chaturaji (la variante del ajedrez indio para cuatro jugadores). La idea de las peonas, tan de nuestra época, se inspira de alguna forma en el ajedrez de Japón.
Hay alguna idea que fue esbozada por el gran maestro cubano R. Capablanca, y otra que fue mencionada por el gran compositor austríaco  A. Schönberg, al que debería dar crédito en una edición futura de estas reglas. En todo caso he tratado de formalizar reglas simples y que el juego propuesto, se asimilara lo más posible al ajedrez occidental. Este es su base, pero la variante no es en absoluto idéntica a aquel.
Quedo abierto al lector a la escucha de las mejoras que el uso de este nuevo conjunto de reglas y piezas puedan despertar. Me interesa difundir esta variante en todas las formas e idiomas que sea posible. El objetivo sigue siendo generar multitud de posibilidades de juego, que no existieron hasta hoy.
El ajedrez 1-2-3 aspira a ser un desarrollo natural y multicultural del ajedrez que todos conocemos.
Atentamente,
Ilay Gruszniewski