Ray Charles, el legendario músico conocido por su genio en el piano, también fue un apasionado del ajedrez. A pesar de su ceguera, su habilidad estratégica se reflejaba en el tablero, donde jugaba con el mismo enfoque y dedicación que aplicaba en su música. Esta partida es un tributo a su capacidad de superar cualquier obstáculo.
La partida de ajedrez de Ray Charles demuestra que el ajedrez, al igual que la música, es un lenguaje universal que trasciende barreras. Su amor por el juego reflejaba su perseverancia y habilidad para pensar estratégicamente, cualidades que lo convirtieron en un ícono tanto en el escenario como en el tablero.
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